Cuando estás diseñando un sitio web pequeño es fácil organizar el contenido. Simplemente hay que poner todas las páginas en un menú bien visible para que cada usuario elija qué es lo que quiere visitar, pero cuando la empresa crece y el sitio web va teniendo más y más contenido, o es una web que desde el principio tiene que contener mucha información este sistema se queda pequeño, no se puede seguir enlazando a todos los sitios desde todas las partes de la web, y hay que decidir cómo agrupar la información.
Esta forma de agrupar la información no sigue unas reglas fijas que marquen como debe ser cada sitio web, pero sí que hay unas pautas que ayudan a organizar la información de forma que los visitantes puedan decidir en pocos segundos si lo que buscan lo podrán encontrar o no en nuestra web.
Este artículo está basado en los pensamientos que durante varios post hizo Steven Bradley en su blog que a su vez estaba basado en Los 8 principios de la arquitectura de la información de Dan Brown.
Además de para la usabilidad, el organizar bien los contenidos de la web ayuda también a la hora de ser indexado por los motores de búsqueda
Estos principios de la arquitectura de los contenidos se resumen en 8 puntos:
Tratar cada pieza de texto como un objeto
Un objeto con una forma interna diferenciada de los demás objetos, de forma que no es lo mismo la estructura interna de una receta de cocina que de una descripción de un producto, o por ejemplo una galería de fotos que puede crecer más que un artículo ya publicado.
Cuando se empiece a construir la web hay que identificar todos los tipos de objetos que vamos a tener y prepararse para poder tratarlos de forma diferente.
Reducir en lo posible las opciones de elección
Es mejor si se puede organizar la web con un menú de 4 elementos iniciales que con uno de 8, porque si se dan demasiadas opciones cuesta más trabajo decidirse por entrar en una de ellas y algunos visitantes abandonarán la web para buscar otra más «fácil». Como ejemplo está la web de Apple, que da muy pocas opciones a la hora de comprar sus equipos.
Es mejor en la página principal mostrar un mínimo de opciones que luego se vayan concretando en las páginas interiores.
Presentar la información progresivamente en capas
Al igual que las opciones de navegación, es importante saber mostrar solo la información que requiere el visitante, para evitar que nadie se pare a leer un texto que no le interese por error y abandone la web.
Un ejemplo fácil sería en una web de recetas que la receta entera no se muestra hasta que el visitante se haya decidido a leer una, antes de eso solo hay que mostrar su título, agruparla con otras, etc.
La clave de lo anterior es mostrar menos información, pero la información correcta. Mostrar sólo lo que hay opciones necesarias o adecuadas y actuales para obtener más información. Piense capas de información en lugar de tratar de presentar todo de una vez.
Dar ejemplos del contenido que hay detrás del enlace
La idea es poner al lado del enlace al contenido algunos ejemplos representativos de ese contenido, de forma que además del título podemos ver ejemplos de lo que nos espera si pinchamos en el enlace. Por ejemplo en una tienda de moda se pueden poner en el menú los nombres de las distintas categorías acompañados de unas pocas fotos de algunos productos.
Preparar multiples puertas de entrada
La idea es que se supone que al menos la mitad de los visitantes de una web no entran por a la página principal sino que aparecen en otras más internas provenientes de oras webs, de forma que todas o al menos muchas de las páginas de la web tienen que dar información al nuevo vititante de donde está y qué puede hacer en nuestra web, además de tener algún acceso a otras partes importantes de la web.
Organizar los contenidos de diferentes maneras
No todo el mundo ordena las cosas de la misma forma, por eso es bueno que los contenidos de la web se puedan organizar según distintos criterios, permitiendo que un mismo contenido pueda figurar en varias listas distintas.
Si seguimos en la web de moda esta se podrá organizar con marcas, por tipos de prenda, por precios, por tallas, etc.
De esta forma en nuestra web habrá más de una forma de llegar a un mismo contenido, pero teniendo cuidado de no mostrar demasiadas opciones que confundan al visitante.
No mezclar distintos tipos de organización
Esto va de la mano con el anterior punto, una web puede tener varias formas de organizar los contenidos, pero dentro de un menú en particular solo debe haber distintas categorías de una organización en particular. Esto quiere decir que en un menú por marcas de ropa no puede aparecer la opción de ir a prendas de verano, por ejemplo. Prendas de verano debe estar separado en otro sitio con las demás estaciones.
Preparar la web para que crezca en tamaño
El diseño de la web debe tener en cuenta que los contenidos seguramente crecerán, y tiene que poder asumir ese crecimiento sin necesidad de reorganizar la web. Cuando aumentan los contenidos no suele haber problemas, pero si aumentan las categorías a enumerar o incluso si aparecen secciones nuevas la cosa es más dificil
Por eso es bueno también que el menú principal sea muy general para que tengan cabida nuevos apartados que puedan surgir sin grandes cambios, y que se haya hecho una previsión de por donde puede que crezca la web en el futuro.
Y eso es todo